En julio de 1936, Pablo Neruda llevaba un año y medio viviendo en Madrid, trabajando como cónsul de su país, gozando de la amistad de los poetas españoles de la Generación del 27 y dirigiendo la revista Caballo verde para la poesía. Había publicado el año anterior Residencia en la tierra y a pesar de la militancia comunista de sus amigos Raúl González Tuñón y Rafael Alberti, y la de su nuevo amor Delia del Carril, era un antifascista tan poco comprometido en su poesía como su otro amigo, Federico García Lorca.
En julio de 1936, Neruda todavía habría firmado una carta que escribió en febrero de 1933, en la que hablaba de “una ola de marxismo" que parecía "recorrer el mundo” y de las presiones que estaba recibiendo de amigos suyos para que tomara partido en la lucha política. Él se negaba, manifestando su “odio al arte proletario, proletarizante” y a la “invasión de odas a Moscú, trenes blindados, etc.”, antes de rematar: “Yo sigo escribiendo sobre sueños”. Lorca se lo agradecería en la memorable presentación que hizo del chileno en Madrid en diciembre de 1934, al llamarlo “un poeta más cerca de la muerte que de la filosofía; más cerca del dolor que de la inteligencia; más cerca de la sangre que de la tinta". En Neruda, según el granadino, faltaban "dos elementos con los que han vivido tantos falsos poetas, el odio y la ironía. Cuando va a castigar y levanta la espada, se encuentra de pronto con una paloma herida entre los dedos”.
Se puede ver el proceso de este cambio, siguiendo paso por paso la aparición semanal del periódico de Alberti, El Mono Azul. En el número del 10 de septiembre, se alude a los rumores sobre el posible asesinato de Lorca: “Se viene repitiendo insistentemente en todos los periódicos que nuestro queridísimo compañero, el gran poeta Federico García Lorca, ha sido asesinado en Granada por las balas fascistas. Aunque nos rebelamos a aceptar esta terrible noticia, nos sentimos intranquilos y angustiados por caer este crimen dentro de las formas más odiosas que los fascistas emplean para acabar con su más profundo enemigo: la cultura”.
Rafael Alberti silenció el nombre del poeta en El Mono Azul, pero el antifascismo ahora enardecido de Neruda pronto se hizo incompatible con la supuesta neutralidad de un diplomático, así que abandonó el consulado en Madrid y se instaló en París, donde a partir de 1937 se dedicó, con la ayuda de la inglesa Nancy Cunard, a la publicación de la revista Los poetas del mundo defienden al pueblo español y a la organización del Congreso de Escritores Antifascistas.
El poema más célebre de los que escribió Neruda durante la guerra civil se titula "Explico algunas cosas" (y en su primera versión "Es así") y forma parte de España en el corazón, un libro que fue publicado por primera vez en Chile a finales de 1937. Se trata la primera de varias poéticas de la época en las que intentaba explicar el cambio radical que sufrió su poesía en 1936, y anunciaba un adiós definitivo a la “metafísica cubierta de amapolas”, a los “sueños” y a los “grandes volcanes de su país natal”. En las dos partes centrales del poema, Neruda ofrecía primero una visión utópica de Madrid bajo la República como un espacio pletórico de amistad y fraternidad, y luego un retrato de la destrucción, de la llegada súbita del fuego, pólvora y sangre, y de los aviadores franquistas que “venían por el cielo a matar niños”. Ya se no trataba de bucear en las profundidades del inconsciente del poeta, sino de contar y denunciar algo terriblemente concreto, y de convencer al lector, de sacudirlo, de despertarlo a la atroz realidad de la más bárbara de las guerras.
El lenguaje de Neruda cambia de rumbo dentro del poema mismo: la enumeración caótica y cargada de vitalidad de la primera parte ("el aceite llegaba a las cucharas, / un profundo latido / de pies y manos llenaba las calles, / metros, litros, esencia / aguda de la vida, / pescados hacinados, / contextura de techos con sol frío en el cual / la flecha se fatiga, / delirante
"Explico algunas cosas" es el gran manifiesto del abandono de las vanguardias por Neruda, un poeta que se había consagrado o estaba en el proceso de consagrarse en España (y en Hispanoamérica) como la gran figura poética de la lengua. El poema fue publicado en El Mono Azul en el primer día de julio de
1937, es decir, en la misma semana en que llegaron a Valencia los ochenta, noventa o cien escritores extranjeros invitados al Congreso de Escritores Antifascistas. Éstos se encontraban, en el periódico de Alberti, con una declaración de principios poéticos muy apta para la ocasión, una especie de muestra de la nueva poesía de la guerra (después del "romancero de la guerra" de los primeros meses del conflicto). Llevaba como título “Es así”. Porque así era la guerra de España; y así era, ineludiblemente para Neruda, la poesía que había que escribir mientras siguieran sucediendo cosas tan atroces como el asesinato de Lorca y el bombardeo indiscriminada de ciudades llenas de mujeres, ancianos y niños.
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