Reseña de "La imaginación incendiada. Corresponsales hispanoamericanos...", por Laura María Martínez Martínez
Esta reseña de Laura María Martínez Martínez ha sido publicada recientemente en la revista Letral (nº 19, 2017)
La reciente publicación de La imaginación incendiada. Corresponsales hispanoamericanos en la Guerra Civil Española de Jesús Cano Reyes constituye el último tomo de la colección Hispanoamérica y la guerra civil española. Aun partiendo del mismo tronco –el proyecto colosal sobre el impacto de la guerra civil española en la intelectualidad hispanoamericana dirigido por Niall Binns–, este libro representa una rama diferente que se distancia de los patrones formales de los seis libros anteriores. Su estructura no está compuesta por una introducción histórica y una acumulación de documentos comprometidos, sino que el orden de las prioridades se revierte y donde antes primaban los textos, ahora reina el análisis, y las divisiones nacionales son sustituidas por la división genérica. A través de una introducción, siete capítulos y un colofón escrito por el previamente mencionado director del proyecto, el autor ahonda en las características y el contexto de más de cuarenta corresponsales hispanoamericanos para trazar una radiografía completa de la crónica hispanoamericana en tiempos de guerra.
La imaginación incendiada nace por la necesidad de quitarle a la crónica hispanoamericana el halo de abandono que la envolvía hasta el momento. Representa una respuesta combativa al doble olvido en el que recaía la crónica hispanoamericana, es decir, a la desatención consecuente de su naturaleza genérica difuminada entre periodismo y literatura y a la marginalidad académica que, como explica Jesús Cano, a veces padecen los escritores hispanoamericanos en los estudios sobre la guerra civil: “aparentemente considerados extranjeros para los estudios de literatura española y españoles para los estudios de literatura extranjera” (20). El primer capítulo, “Crónicas de la otra orilla”, sirve de instrucciones de viaje a un lector que antes de conocer la vastedad de datos referentes a los cronistas hispanoamericanos y adentrarse en el marasmo caótico de la guerra, tiene que familiarizarse con los mecanismos de la prensa de ambos bandos, la pasión que despertaba la contienda, la variedad dispar de cronistas, sus características comunes y una clasificación preliminar (testigos de los preámbulos, residentes en España, enviados especiales, combatientes, congresistas y falsos corresponsales).
Jesús Cano Reyes |
Sin embargo, el autor no se mantiene en los cimientos que establece en el primer capítulo, ya que el libro funciona como una caja rusa de clasificaciones que esconde un marasmo asombroso de corresponsales e historias. Aunque el autor siempre advierte de las afiliaciones políticas de los cronistas y admite que “cada crónica es un caballo de Troya con las ideas de la propaganda emboscadas en su vientre” (264), va mucho más allá de la división maniquea entre el bando nacional y el bando republicano. De esta manera, incluye a los cronistas a los que sorprendió la guerra en “Todo estaba ardiendo”, a los corresponsales que no buscaban ser combatientes pero acabaron cogiendo el fusil y viceversa en “La pistola del capitán” y a aquellos que relataron la guerra desde la frontera francesa en “Allende el Biadosa” o las convulsas ramblas catalanas en “Barricadas en las Ramblas” y, finalmente, a los que se aproximaron al corazón de la guerra y al corazón de España, a todos aquellos que pasaron por Madrid, en “Asedios al corazón”. No obstante, Jesús Cano tampoco se limita a esta clasificación capitular...
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