Sangre, discursos y pasión. Reseña de "Uruguay y la guerra civil española. La voz de los intelectuales", por Fernando Aínsa

Esta reseña del poeta y ensayista uruguayo Fernando Aínsa apareció en El País Cultural (Montevideo), el 3 de febrero de este año

Nunca en Uruguay se dio una movilización tan intensa por una causa internacional como la que desencadenó la Guerra Civil Española (1936-1939). Fueron tres años en que "vivimos más en España que aquí, con el corazón, en realidad, todo lo demás había desaparecido", confesaría la ensayista libertaria Luce Fabbri sobre ese período de actos solidarios y campañas de ayuda, recolección de fondos, ropas y alimentos, manifiestos, declaraciones públicas y textos de prosa encendida. A favor de la República, pero también pro franquistas. "Toda la izquierda y los sectores democráticos de los partidos tradicionales vibraron en la defensa de la República Española", escribiría Mario Dotta. "Nunca hubo hasta ese momento un mayor espectro político militante en pro de la defensa de un país extranjero". España pasó de ser la "desnaturalizada madrastra de la historia" (Bolívar) a "Madre de América y del mundo entero" (Paulina Medeiros), "madre inmortal en su agonía" (Natalio Abel), y "Madre abandonada" (Luisa Luisi). 

Con rigor y exhaustividad, Niall Binns —profesor titular de literatura hispanoamericana en la Universidad Complutense de Madrid y director del proyecto de investigación "El impacto de la guerra civil española en la vida intelectual de Hispanoamérica", patrocinado por el Ministerio de Educación y Ciencia de España— ha recopilado en el libro Uruguay y la guerra civil española. La voz de los intelectuales (Calambur, 2016, aún sin distribución en Uruguay) discursos, artículos, poemas, panfletos, manifiestos y testimonios de más de cien escritores y artistas uruguayos, junto a crónicas de guerra enviadas desde el frente por corresponsales o testigos presenciales, de uno y
otro bando. 


TERRA Y LOS FRANQUISTAS

Alberto Etchepare, corresponsal de guerra, escribió estremecedoras crónicas recopiladas en Don Quijote fusilado (AIAPE, 1940) con prólogo del socialista Emilio Frugoni. Su crónica "Una mujer muerta en el Frente español" narra la suerte de una ex prostituta que abandona el oficio para hacerse miliciana, que "agarró una pistola y corrió con el pueblo a las barricadas de la libertad. Que era 'su' libertad". Otros cronistas podían pasar de un izquierdismo inicial a un complaciente franquismo, como ocurrió con Arturo Carlos Masanés, o con Joaquín Martínez Arboleya ("Santicaten"), testigo presencial de la ejecución de José Antonio Primo de Rivera. El escritor Horacio Maldonado también publicó diez crónicas sobre su viaje en el diario La Mañana resaltando los asesinatos, "saqueos horribles" y "vejaciones sin nombre" que había presenciado en Madrid y Barcelona, bajo control republicano. Por el contrario José Capelán en el semanario socialista El Sol destacaba la normalidad de la vida madrileña en el centro del conflicto.

Son un centenar los testimonios sobre "la primera guerra mediática de la historia", reunidos en 700 páginas, y ordenados alfabéticamente. Están Enrique Amorim (confiesa que desde la muerte de Antonio Machado "lo leo con miedo"), Arturo Ardao, Juan Carlos Onetti ("corroído por un infernal e innato escepticismo"), Carlos Quijano, Julio J. Casal, Fernán Silva Valdés y el pintor Joaquín Torres García, entre otros. La extensa documentación recopilada está precedida de una introducción de setenta páginas que se titula "La guerra civil española en Uruguay: un frente de batalla en la lejana retaguardia" donde Binns analiza la situación política uruguaya cuando estalla el conflicto. A diferencia de México, cuyo gobierno mantuvo hacia la República una solidaridad inamovible, Uruguay está desde el 31 de marzo de 1933 bajo la dictadura de Gabriel Terra, cuyo gobierno rompió relaciones diplomáticas con la República el 22 de septiembre de 1936, apenas iniciada la sublevación franquista (18 de julio del mismo año). El diario El Pueblo (publicación oficial del gobierno) publicaba las crónicas del "alzamiento" firmadas por el popular periodista deportivo "Wing".


MOVILIZACIÓN NACIONAL

La "guerra incivil" como la calificara Unamuno dividió a los partidos políticos y a la prensa uruguaya. Binns recopila editoriales, artículos y declaraciones políticas, textos de la revista AIAPE (Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores), de los diarios Acción, Audacia (órgano de prensa de Acción Nacional, fascista), Banderín (periódico "sobrepujado por la inquietud de corazones jóvenes" dirigido por el poeta Líber Falco), El Debate (simpatizante de la Italia de Mussolini donde viajó su director Luis Alberto de Herrera), El Bien Público (católico), El Diario, El Plata, El Pueblo, El Sol (órgano del Partido Socialista), Justicia (órgano del Partido Comunista), La Mañana y La Tribuna Popular, para la que "Hitler era el modelo". A partir de julio de 1937 surgieron otras publicaciones tanto a favor de la República como de los insurrectos.

El Día, más que ningún otro, realizó una extensa cobertura [...]

(para seguir leyendo, véase "Sangre, discursos y pasión")

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