La Librería de Cazarabet. Entrevistas sobre la colección "Hispanoamérica y la guerra civil española"

Cazarabet conversa con Niall Binns, el coordinador de esta colección de libros para Calambur Ediciones. 


-¿Por qué una colección de libros dedicada a los países del Cono Sur y de Centro América que aportaron opiniones, a favor y en contra de la República?

-Te voy a contestar, inicialmente, con una explicación personal. Cuando llegué a España por primera vez, en 1987, vine con la mochila llena de las lecturas de rigor para un británico de vacaciones: Homage to Catalonia de Orwell; As I Walked out one Midsummer Morning de Laurie Lee; For whom the Bell Tolls de Hemingway. En ese entonces había leído a un solo escritor en lengua española, Neruda, y ya conocía en la versión bilingüe de Penguin su poema, para mí impresionante, “Explico algunas cosas”. Luego, poco después de establecerme en Madrid, leí The Spanish Civil War de Hugh Thomas. Es 
Niall Binns, Olga Muñoz Carrasco, Isabel Casariego y Emilio Torné,
en la Caseta de Calambur, Feria del Libro, Madrid 2013.
decir, la guerra civil –y sobre todo, la guerra civil vivida por intelectuales de otros países– se me metió bajo la piel desde mi primer contacto con España.

Después de mis primeros meses en España, compré un par de antologías realmente notables, con largas y enjundiosas introducciones del catedrático de Oxford Valentine Cunningham, sobre el impacto de la guerra civil en los intelectuales de lengua inglesa, sobre todo los británicos. Veo ahora que han sido el modelo fundacional para esta colección de libros que estamos publicando en Calambur. Aparte de las antologías de Cunningham, hay varios libros monográficos dedicados a la repercusión de la guerra en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos y en Francia, pero en cuanto me pusiera a indagar en estos temas me llamó la atención el hecho de que se haya escrito tan poco sobre la manera en que la guerra impactó en América Latina y concretamente en sus intelectuales. Hay estudios estupendos, evidentemente, sobre las relaciones con el conflicto de un Neruda, un Vallejo, un Nicolás Guillén, un Carpentier… pero tengo la sensación de que para los estudiosos de los intelectuales extranjeros en la guerra, es como si los latinoamericanos fueran españoles. Pienso, por ejemplo, en Paul Preston y su libro sobre los corresponsales de guerra, traducido como Idealistas bajo las balas, en el que existen los británicos, los norteamericanos, los franceses, algún soviético, algún alemán y ya está: ni Pablo de la Torriente Brau, ni Juan Marinello, ni Raúl González Tuñón. Mientras tanto, los especialistas en literatura española que han escrito sobre la guerra se han dedicado casi exclusivamente a los peninsulares, con las honrosas excepciones mencionadas. Así que es como si la América Latina –en los estudios sobre la guerra española– estuviera en una especie de tierra de nada: demasiado hispana para los estudiosos extranjeros, demasiado extranjera para los españoles.

Cuando publiqué en 2004, en la editorial Montesinos, el libro La llamada de España. Escritores extranjeros en la guerra civil española, junté conscientemente a los latinoamericanos con los norteamericanos y los europeos. Lo que leí para ese libro me puso en la pista de nuevas lecturas, y me hizo ver que había un trabajo pendiente con la prensa de los países latinoamericanos, en revistas y diarios, para poder determinar el alcance y la naturaleza de la implicación de sus intelectuales en la guerra española. (...)

Cazarabet, también ha podido tener una breve pero muy valiosa declaración de Olga Muñoz Carrasco, que escribió sobre Perú y la Guerra Civil Española:


-Olga, tú escribes sobre Perú y sobre “el efecto” de este país en la guerra civil española. ¿Por qué escoges este país?¿Cómo fue la experiencia?

-Conocía Perú desde hacía años cuando comencé a participar en el proyecto sobre la guerra civil en Hispanoamérica, ya que mi tesis doctoral me llevó a estudiar su literatura y el panorama político y cultural del siglo XX. Aunque mis primeras investigaciones se centraron en la poesía peruana de los años cincuenta, los poetas de los años 20 y 30, excepcionales, fueron para mí una lectura muy frecuentada. Y ahí encontramos a un referente imprescindible en la repercusión de la guerra entre los intelectuales peruanos: César Vallejo. Pero no solo él, también otros poetas de esta época como Emilio Adolfo Westphalen o César Moro se comprometieron con la República española a través de publicaciones clandestinas como CADRE (Comité de Amigos de la República Española). 

El Perú ofrecía, sin embargo, una dificultad especial con respecto a la búsqueda de materiales que documentaran el impacto de la guerra civil entre sus intelectuales: entre 1936 y 1939 el país andino se encontraba bajo la dictadura del general Óscar R. Benavides, régimen que prohibía cualquier tipo de manifestación de apoyo a los republicanos españoles. La investigación en Lima, por tanto, resultó bastante limitada, pues tanto la prensa como las revistas, en su gran mayoría, respaldaron al bando sublevado abiertamente y solo algunas publicaciones clandestinas –CADRE, España Libre o Voz de España– dieron cuenta de una corriente subterránea en favor de la República. (...)

Para seguir con la lectura de estas entrevistas, véase: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/niall.htm

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