El Universo era "un rotativo de información amplia, de factura moderna, bien redactado, dirigido por un periodista brillante, el Sr. D. Ismael Pérez Pazmiño", decía el marqués Alfonso Ruiz de Grijalba en 1929 en su libro Por tierras colombinas. Pérez Pazmiño también era poeta, autor del conocido soneto "Juramento", que fue musicalizado por Gonzalo Vera Santos: "Todo pasa en el mundo, todo dura / lo que dura una flor, un ave, un nido: / todo muere o se pierde entre la obscura / y pavorosa noche del olvido... // Mas, el amor intenso y la ternura / en que por ti, latido tras latido, / arde mi corazón y han convertido / mi vida en una noche de amargura, // no pasarán jamás...". Fundó El Universo en septiembre de 1921, denominándolo un "diario liberal de la mañana, órgano de intereses generales".
Como los demás diarios ecuatorianos, a partir de la "guerra de las cuatro horas" del 28 de noviembre de 1936 El Universo sufrió la persecución del gobierno de Federico Páez, y fue clausurado durante dos semanas después de la publicación, el 11 de junio de 1937, de un gráfico humorístico sobre el supuesto descontento militar y la inminencia de una nueva sublevación contra el presidente. Tanto éste como el Ejército reaccionaron con indignación y exigieron la clausura, aunque conviene señalar que pocos meses más tarde el propio ministro de Defensa, el general Alberto Enríquez Gallo, obligó a Páez a renunciar y asumió él mismo la jefatura suprema, contando por supuesto con el apoyo del ejército.
La postura de El Universo ante la guerra civil española -sobre todo en relación con su rival principal en la prensa guayaquileña, El Telégrafo- era básicamente profranquista, aunque dominaban las reflexiones en torno al horror de la destrucción que sufría España. Llaman la atención la insistente celebración del heroísmo de los defensores franquistas del Alcázar de Toledo, la publicidad de campañas de recaudación de fondos para el bando franquista, la frecuente incorporación de textos de Ruiz de Grijalba -que se había convertido en el "hombre de Franco" en Guayaquil-, y la publicación de las entrevistas hechas por Felipe V. Carbo a una serie de profranquistas de la ciudad: tres miembros de la colonia española (el propio Ruiz de Grijalba, Jaime Puig Arosemena y el rotario Julio Guillén) y un cuarto, el médico y director de "Radio París" Francisco Andrade. Bajo el título Encuesta al margen de la tragedia española. Opiniones y juicios literarios, serían publicadas como libro por la editorial vinculada a la revista falangista de Guayaquil, Nueva España.
Un ejemplo claro de las simpatías franquistas de El Universo se puede ver en la publicidad y el apoyo otorgados al soldado falangista José Hernández Subiria, supuestamente de origen ecuatoriano, que llegó a Guayaquil en 1937 y contó truculentas e improbables historias de atrocidades supuestamente cometidas contra su familia por los comunistas españoles:
Cómo no voy a darme cuenta de lo que es el comunismo, cuando un oficial comunista tomó de los piesesitos [sic] a mi hijita de 17 meses y, delante de su madre, la levantó por los aires lanzándola contra un muro y destrozándole el cráneo? ¿Qué culpa tenía esa infeliz criatura de que su padre sustentara los principios nacionalistas? Mi mujer y mi hijito fueron fusilados de la manera más inhumana. Una hermana mía, monja de la caridad, fue violada cobardemente, luego golpeada, cortados sus senos y por fin asesinada, habiendo sido paseado su cuerpo desnudo por las calles al igual que los de otras compañeras suyas...
La noche en que le tocó pronunciar un discurso sobre la guerra civil en el Teatro Edén, la minoría prorrepublicana de la colonia española -liderada por el cónsul Jaime Castells- reventó el acto. Castells acusó a Hernández Subiria de fraude, diciendo que era en realidad un "cura", y una lluvia de patatas, cebollas y taguas impidió que tuviera lugar la charla.
Desde las primeras semanas del conflicto, El Universo supo aprovechar la atracción visual de la inmensamente fotogénica guerra civil para ofrecer imágenes de las milicianas republicanas, que tanto morbo y fascinación producían en toda Hispanoamérica. Los pies de foto son iluminadores: "En la guerra civil española las mujeres abandonaron sus ocupaciones domésticas para empuñar las armas en un bando u otro"; "SANGRE, ARENA Y SONRISAS: Esta simpática señorita, convertida repentinamente por las turbulencias de la Guerra Civil en un soldado, muestra sus dientes de perlas al fotógrafo, a pesar de la seriedad de la pístola que blande".
Como nuevo indicio de la postura anticomunista del periódico, se puede señalar una foto publicada en la portada del diario que muestra a dos niños, de unos tres o cuatro años de edad, sujetando fusiles y con los puños en alto. Al pie de la foto se lee "HASTA LOS NIÑOS ABRAZAN LAS ARMAS" y a continuación un breve comentario: "Una de las escenas más tristes de la guerra intestina en España es la forma como se permite a los niños jugar con armas. En esta fotografía vemos a estas criaturas aprendiendo a levantar el puño, en señal de saludo rojo. Barcelona celebró con pompa el aniversario décimo novena de la revuelta roja en Rusia".Por otra parte, El Universo contaba con los dibujos del "tigre" Rafael Betancourt -tío abuelo del poeta Mario Campaña- para visualizar diversos acontecimientos de la guerra, entre ellos el asedio del Alcázar de Toledo y los combates aéreos sobre Madrid, así como una imagen sobre la supuesta "limpieza de las casas de Madrid", que responde a las falsas noticias sobre la toma de la ciudad por el ejército de Franco en noviembre de 1936. La viñeta de la capital de España como un toro persiguiendo a Franco, bajo la mirada atenta de sus aliados Hitler y Mussolini, muestra que no iba a ser tan fácil.
Un texto anónimo, publicado a finales de noviembre de 1936 en la página editorial, habla precisamente de la posible caída de Madrid y ofrece una visión desolada del futuro de España. Si Madrid cae, afirma el autor, caerá "sin gloria para nadie, sin ventaja para nadie", ya que ninguna de las alternativas ofrece una respuesta prometedora para el país. De todos modos, la culpa de todo, se alega, pertenecería a los intelectuales que fueron instrumentales en la llegada de la República en 1931. Si España ha perdido la oportunidad de "elaborar su futuro", se debe a "los intelectuales que, desde don Miguel de Unamuno hasta Ortega y Gasset, Araquistain y otros, se dejaron arrastrar por la literatura de sello Leningrado e hicieron creer al pueblo español que esas eran las últimas del evangelio humano..." Cuesta, sin duda, ver a Unamuno y Ortega como filocomunistas, pero El Universo tenía claro que el comunismo y la irresponsabilidad de los intelectuales "progresistas" constituían un peligro también para Ecuador.
Llama la atención, en este sentido, un "Telegrama" del columnista "Martense" (Miguel Costales Salvador), publicado en El Universo en agosto de 1936, en una época en que circulaban rumores falsos sobre el asesinato en la España republicana del premio Nobel Jacinto Benavente y otros intelectuales. Para mofarse de una asamblea a favor de la República española, organizada en Quito por el Sindicato de Escritores y Artistas (cuyo secretario general era Jorge Icaza) y por los partidos de izquierda, Martense no duda en pedir que "así como han sido desarticulados Benavente y los hermanos Álvarez Quintero, lo sea igualmente nuestro dramaturgo Jorge Icaza, líder comunista ecuatoriano".
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