Corresponsales uruguayos en la guerra civil española: "Wing"

El que sería, años después, el renombrado periodista deportivo “Diego Lucero” –pseudónimo de Luis Alfredo Sciutto (1901-1995)–, fue conocido en la década de los treinta, mientras trabajaba en Montevideo para el diario gubernamental El Pueblo, como “Wing”. Fue el corresponsal encargado de transmitir –por radio y en sus crónicas escritas– las noticias de los Juegos Olímpicos de Berlín en el verano de 1936, y tuvo tanto éxito entre el público uruguayo que fue enviado a continuación a la guerra civil española.

Pocos periodistas serían capaces de manejarse con soltura en mundos tan distintos como las Olimpiadas y una guerra, pero Wing se mostró sorprendentemente diestro en las crónicas que enviaba desde la zona franquista –donde llegó de manera improvisada– y, después de su regreso a Uruguay, en los testimonios de su experiencia como preso de los republicanos. Juntos, son la base de su libro Una aventura en España (1938). Era un escritor de talento, como se puede constatar en recopilaciones recientes de su obra como las espléndidas Crónicas del viejo Montevideo (Montevideo, Suat, 2008), y es notable verlo, en una fotografía de 1934, entre los intelectuales que acompañaron a Federico García Lorca al cementerio de Montevideo, para visitar la tumba del pintor Rafael Barradas, amigo del granadino en el Madrid de los años veinte. El personaje a la extrema derecha de la imagen es Wing.

Sus experiencias en España alejaron a Wing de su pasado izquierdista y lo llevaron a coquetear brevemente con la Falange (véase su libro Cartas de la guerra de 1939), una desviación política que lo llevaría a ser sistemáticamente ninguneado por la gran mayoría (mayoritariamente izquierdista) de los intelectuales uruguayos de la época.

Después de sus dos viajes a España, en 1936 y 1938, Wing –o Luis Alfredo Sciutto– se instaló en Buenos Aires y pronto se convirtió en el admirado y querido “Diego Lucero”. Sobre él ha dicho Alfredo Di Stéfano: “Conocí a Diego Lucero en Guayaquil, en el Sudamericano de 1947. Estábamos en el mismo hotel y allí charlábamos de cualquier asunto. Diego tenía una carpeta de la vida y de la calle, impresionante. Sabía de todo y vivió todo. Era un personaje. Cuando venía a Madrid y salíamos con mis amigos, enseguida él ya era amigo de todos. Era una persona con espíritu de guerra y combate: con la edad que tenía aguantaba hasta altas horas de la madrugada sin dormirse. Y tenía una memoria impresionante”.

Sobre Wing, véase el reciente artículo de Niall Binns, Aventura y aprendizaje en ‘Wing’ (Luis Alfredo Sciutto). Un testimonio urugua­yo sobre la Guerra Civil Española, publicado en la revista Letral.

Comentarios

  1. Está genial. Voy a leer el artículo de Binns. Y anda que tiene gracia que un periodista que coqueteó con la Falange aparezca a la extrema derecha de la foto.

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