Cuando llegó a España para el Congreso de Escritores Antifascistas, Alberto Romero (1896-1981) era un novelista prolífico, cuyas obras más importantes –como La viuda del conventillo (1930)– eran prácticamente desconocidas en el extranjero. Su participación en el Congreso fue mínima –no quedan noticias de ningún discurso suyo– pero dio lugar a una de las crónicas más humanas del evento, España está un poco mal (1938,). En ella, Romero ofrece un retrato entrañable de su propia torpeza y de sus dificultades de adaptación a una realidad revolucionaria que le es totalmente ajena. No obstante, su curiosidad y su humildad le permiten establecer contacto no sólo con los intelectuales que lo rodean sino con personas normales –camareras, taxistas, soldados, niños– que no interesan o no entran en la experiencia de otros escritores.
Sobre este libro, véase el artículo de Juana Martínez Gómez, “Chilenos en Madrid. Cronistas de la guerra civil (Edwards Bello, Huidobro, Romero y Délano)”.
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