Marinello y Guillén: Hombres de la España Leal

“La palabra del pueblo español importa ahora a todos los pueblos”. Esto es lo que afirman Juan Marinello y Nicolás Guillén en el prólogo de su libro Hombres de la España Leal, publicado en 1938 en la editorial Facetas de La Habana, y rescatado el año 2010 por la editorial sevillana Renacimiento, con prólogo de Jorge Domingo Cuadriello. De sus trabajos como corresponsales para la revista Mediodía de la Guerra Civil española, Marinello y Guillén seleccionan para este documento catorce entrevistas a personajes relevantes de la España en guerra; en este sentido, el libro se construye de la misma manera que España levanta el puño, del argentino Pablo Suero, ya reseñado en esta misma página.

Los dos cubanos viajan a España a finales de junio de 1937 desde México, acompañados por la delegación mexicana que asistía al Congreso de Escritores Antifascistas de Valencia: Carlos Pellicer, José Mancisidor, Octavio Paz (y su joven esposa Elena Garro). Tras la celebración del Congreso (en el cual Marinello preside la sesión del 6 de julio en Madrid), ambos permanecen un tiempo recorriendo el mapa dolorido de España y enviando las crónicas a Cuba. Marinello abandona la península en octubre de 1937 rumbo a Nueva York, y Guillén se queda hasta febrero de 1938, cuando viaja a París; desde las dos capitales siguen colaborando activamente a favor de la República española. Como fruto de su escritura de la guerra, Marinello ve aparecer en la imprenta de Manuel Altolaguirre su libro Momento español (1937), con artículos y reflexiones escritas en este período. También Altolaguirre reedita el poema de Guillén, aparecido ya en México, España. Poema en cuatro angustias y una esperanza (1937).

En el libro que nos ocupa, los escritores se desempeñan como “voceros de los que defienden la verdad”. Hombres de la España Leal es un libro refulgente de optimismo, en el cual ninguno de los personajes entrevistados pone en duda por un momento la victoria del pueblo por la que cada uno lucha desde su posición. Desfilan por estas páginas dirigentes políticos como Pasionaria, Marcelino Domingo o Julio Álvarez del Vayo; los líderes nacionalistas José Antonio de Aguirre y Luis Companys, reflexionando sobre el catolicismo vasco o la nacionalidad catalana; los celebrados jefes populares Durán, Líster, Modesto y Campesino (quien tiene un vínculo tan estrecho con los cubanos y recuerda la muerte de Pablo de la Torriente), repasando sus agitadas biografías revolucionarias; el general Miaja y el voluntario cubano Policarpo Candón; los escritores Miguel Hernández y José Bergamín; el cantante Paul Robeson. Por último, se incluye una crónica del primer aniversario de la resistencia de Madrid en la que la ciudad se erige como otro personaje, otro “hombre de la España leal”.

La mayor parte de los textos responde a la misma estructura doble: una primera descripción física y moral del personaje seguida del propio testimonio, ya sea en forma de entrevista, cuestionario o resumen más o menos libre del mensaje del protagonista, cuyo discurso está siempre dominado por “la inalterable fe en el triunfo popular”. Marinello y Guillén lo explican así:

Quien ha visto la tragedia en su misma entraña, quien ha tenido el privilegio de tocar a cada paso carne de héroe, está asistido para siempre de esta fe. En lo válido de estas palabras vive y pelea un ímpetu de libertad y de justicia que no puede morir porque es inseparable de la existencia humana. Lo que quieren estos gigantes será realizado sobre la tierra con fatalidad de ley física. Pero vendrá pronto si sabemos unirnos a estas voces augustas. Aprendamos a escucharlas. Estemos a su eterna verdad.

Comentarios

  1. Dan ganas de buscar un paralelismo con el presente, pero mejor dejar esas reflexiones para otro día. Marinello y Guillén fueron dos personas comprometidas con la justicia social, en Cuba, en España y en el planeta. Los españoles estamos en deuda con ellos dos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario