Cynthia Gabbay, "El onceavo mandamiento. Memoria del fuego en la literatura judía y feminista de la guerra civil española"


La pregunta ¿qué es literatura judía de la guerra civil española? surgió hace unos años al explorar el extraordinario impacto que tuvo dicho evento histórico (1936-1939) en los sucesos culturales de entreguerras, especialmente en Argentina, así como en la literatura mundial contemporánea y posterior a la guerra de España. Teniendo en cuenta que cerca de un 20% de voluntarias, voluntarios e intelectuales comprometidos y comprometidas con la República española o la revolución internacionalista era de origen judío, se impuso en mi trabajo la hipótesis de que una literatura judía, judaizante o heredera de culturas y textualidades judías surgiera en relación al año 1936. Las traducciones e investigaciones de los últimos años comienzan a corroborar esta hipótesis. Progresivamente constato que las judeidades se destilan menos en textualidades impregnadas de temáticas judías, y más en estructuras, lenguaje y retóricas propuestas, y reformuladas, a lo largo de esta tradición, bajo el velo de la historia cristiana, traducidas a un lenguaje secular que exige una lectura multidireccional.

Las dificultades para pensar una literatura judía de la guerra en España derivan de que éstas son, ante todo, reconocidas como componentes de literaturas nacionales. Históricamente, reconocemos ‘lo judío’ como un fenómeno permeable y transigente, incluso en sus versiones más ortodoxas donde las lenguas judías funcionan como centro y archivo. Las teorías literarias y culturales pensadas para ajustar, modelar, y retener, inamovible bajo su lupa, el cuerpo del objeto estudiado, no admiten que ese ‘organismo’, atado por la cola para la inspección higiénica, se desprenda, se libere, y cambie de color bajo la misma inquisición racionalista que busca interferir su subjetividad.

¿Cómo leer, entonces, la representación de los judaísmos laicos? Si “nada se pierde, todo se transforma”, es plausible que “lo judío” se traduzca a través de la representación literaria, en intermitencias, vistiendo, como si de los cabos (tsitsiot) de un Talit se tratara, una judeidad deshilachada, materia prima que busca continuación en el imaginario moderno. Como todo texto poético, el texto literario judío, judaizante, o heredero del judaísmo, cuenta con ciertas peculiaridades y especificidades que afectan no sólo el lenguaje, sino también la sintaxis del texto, la ordenación de argumentos en el espacio, la formulación de las ideas, la estructuración física del libro, e intertextualmente podrían instalar el texto en un orden de lectura hermenéutica mítica.

Emma Goldman, una mujer judía nacida en el imperio ruso y emigrada a Norteamérica, y una de las figuras más prominentes del anarquismo, rememora su encuentro con Buenaventura Durruti en el frente de Aragón. En su artículo “Durruti is dead, yet living”, Goldman da testimonio de su pronto asesinato y traduce las palabras del sindicalista revolucionario. El anarquista español, así como La Pasionaria, conmovieron los espíritus de miles de personas. A cuatro meses de comenzada la contienda, Goldman (desde su exilio en Francia) ubicó en altavoz el llamado revolucionario –no olvidemos el importante impacto que tenía el anarquismo en Estados Unidos por aquellos años. Su voz, entre otras, provocó que alrededor de 40000 voluntarias y voluntarios, y entre ellas y ellos, unos 9000 ciudadanos y apátridas judíos y judías de todo el mundo arribaran a España durante los primeros dos años de la guerra. Aquí, ofrezco una perspectiva del impacto cultural que todo este movimiento tuvo en el caso argentino, y, muy específicamente entre sus intelectuales, a través de las miradas de cinco mujeres. Acaso la marginalidad de estas miradas ilumine aspectos interesantes de la cultura judía del siglo veinte en Argentina.

Lo textos de Micaela Feldman, Fanny Edelman, Marie Langer, Adelina y Paulina Abramson no han sido sujetos hasta hoy a lecturas hermenéuticas (o “close readings”); sus historias han sido a duras penas identificadas como objetos textuales de valor histórico y mimético. Según dicen Eloy Martos Núñez y Aitana Martos García, una lectura situada en su contexto y consciente del rol complementario e ineludible que juega la lectura de un texto literario o testimonial: “participa de los parámetros de una comunidad interpretativa dada, igual que un rabino cuando propone un comentario o midrash de un texto bíblico comparte una serie de códigos de interpretación. Porque interpretar, en este sentido, es comprender de forma participativa, y por eso mismo cabe la empatía, la aceptación o el rechazo, cosa que difícilmente se produce cuando lo que elucidamos es un volumen de datos sobre una serie de textos”.

La lectura situada que propongo no implica desconectar a la crítica literaria de la historiografía –la historiografía ha sido fundamental para poder llevar adelante esta investigación–, sin embargo, sostiene la importancia ineludible de un estudio centrado en el lenguaje, la cultura y su semiótica. La micro-observación de estos 4 casos (en 5 figuras), ocurridos en el marco de complejas macro-texturas históricas, focaliza su interés en las actividades de posguerra de estas ‘voluntarias’, en la particularidad de los contextos de la escritura. Todas ellas están relacionadas a priori o a posteriori a la cultura judía en Argentina. Ésta, en efecto, aportó una importante porción de la totalidad de los y las voluntarias y voluntarios argentinos.

(para seguir leyendo este artículo de Cynthia Gabbay, véase el libro Hacer patria. Estudios de la vida judía en Argentina, editado por Emmanuel Kahan, Wanda Wechsler y Ariel Raber del Núcleo de Estudios Judíos del IDES. El libro es de libre acceso en el link https://www.teseopress.com/hacerpatria/#)

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