"Los dos compromisos de Lino Novás Calvo", por Jesús Cano Reyes



Lino Novás Calvo publicó diversos relatos y poemas a partir de su experiencia de la guerra civil española, pero llama particularmente la atención su producción periodística, que es una de las más abundantes de un autor hispano-americano, con al menos ciento cincuenta textos escritos en España durante la guerra y publicados a ambos lados del Atlántico. Pese a que apenas han sido atendidos, el análisis de estos documentos (en este caso, los publicados entre octubre de 1936 y octubre de 1937 en el semanario "Ayuda") revela dos hechos: la proximidad de estas crónicas al ámbito de la literatura y la evidencia de que, junto al indudable compromiso político del autor, persiste en su escritura una voluntad estética ineludible.

La experiencia de la guerra civil española supone un punto de inflexión para el escritor cubano Lino Novás Calvo (As Grañas do Sor, La Coruña, 1903–Nueva York, 1983), quien, antes de abrirse paso en los círculos intelectuales y ejercer de creador, periodista, traductor y profesor, tiene que desempeñarse en trabajos bien diferentes, tales como taxista, abridor de ostras, cortador de caña, dependiente de una fonda, traficante de ron o boxeador. Nacido en Galicia pero emigrado a Cuba en su infancia, Lino Novás Calvo regresa a España en 1931, donde vive la guerra entregado a la lucha de la República. En 1939 hace el viaje de vuelta a Cuba "con toda la tragedia de España sobre el alma y un trapo sobre el cuerpo" (Novás Calvo, en el epistolario Laberinto de fuego). Sus peripecias transatlánticas ya lo han convertido en lo que Enriqueta Morillas Ventura denomina "un puente privilegiado entre los dos mundos".

La obra de ficción de Lino Novás Calvo que tematiza la guerra se reduce, al menos hasta donde yo sé, a dos poemas y tres cuentos escritos y publicados durante esos mismos años en la prensa americana y española. En octubre de 1936, las páginas de la revista El Mono Azul dan a la luz "El día veinte de julio", romance de discretos resultados que reniega con furia de la sublevación militar. Con similar balance, el "Soneto a Federico García Lorca", publicado en Repertorio Americano en noviembre de 1936, es uno más de la profusa serie de poemas que surgen en España y América tras el asesinato del poeta granadino; en esa órbita atestada, el de Lino Novás no destaca ni por su originalidad ni por el impacto de alguno de sus versos.

También los cuentos han debido ser exhumados de las hemerotecas. "El pueblo de los heridos", publicado en Noticias de Hoy de La Habana en agosto de 1938 e igualmente enviado por su autor desde España, refiere de manera superficial y sin alardes técnicos o estilísticos la encrucijada de un
pueblo que pretende permanecer neutral, pero que, tras recibir las visitas de ambos bandos (benévolos los unos, desmesurados y salvajes los otros), no tiene más remedio que tomar partido; al fin, Policarpo, el veleidoso líder de la comunidad, lanza una arenga para que sus vecinos empuñen las hoces y suban a pelear a la sierra: "si esos son rojos, nosotros tenemos que serlo al vivo, como el hierro que sale de la fragua". Más interesante resulta "El comisario ciego", también publicado en Noticias de Hoy, que celebra el heroísmo del ejército republicano al narrar la historia de Horma, un comisario
que obtiene una segunda oportunidad para recuperar una cota perdida en la batalla del Ebro y no se detiene hasta llegar a la cima aunque haya perdido la vista y el oído en el camino; el cuento, publicado al regreso de Novás a Cuba, despliega un lenguaje de mayor altura y obtiene unos cuantos hallazgos expresivos, tales como una luna que parece "una hoz candente de ancha hoja sobre su cabeza" y que hace "resaltar las piedras blancas como huesos de un cementerio", el fuego de los obuses que aparenta "brotar de la tierra, del interior, rompiendo la corteza" o una voz que se apaga "como una luz de aceite". Entre medias de los dos, aparece en Hora de España, en Valencia, "El tanque de Iturri", pieza de gran calidad que involucra a tres personajes y a la locura provocada por "los gases y estampidos de los tanques", enajenación que finalmente lleva a Iturri a arremeter contra el enemigo y derrotarlo. Entre otros méritos, el cuento se construye con un eficaz manejo de los símbolos: una vez que las serpientes quedan asociadas a la locura, la aparición de "un rumor serpenteante" en la maleza ha de ser interpretada como un inquietante presagio.

Frente a la brevedad de su producción específicamente literaria, los escritos periodísticos de Lino Novás Calvo que abordan la guerra civil se multiplican hasta sobrepasar ampliamente el centenar y medio entre 1936 y 1939. En diarios y revistas de Madrid (Ayuda), París (Nuestra España), La Habana (Mediodía) y San José de Costa Rica (Repertorio Americano), lo que supone una asombrosa omnipresencia a ambos lados del Atlántico, aparecen regularmente sus artículos y crónicas, que retratan los asuntos grandes y pequeños de la guerra y conforman en su conjunto un trabajo de formidable extensión. (...)

Para seguir leyendo, véase el artículo "Mujer de terciopelos y armaduras...", en la revista LETRAL, nº 10 (junio de 2013)

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